Como superar el miedo al dentista
Prevenir desde la infancia
Para prevenir este miedo al dentista es importante que ya desde niños apliquemos estos factores:
- Transmitir tranquilidad y evitar la aprensión, al llevar al niño a la consulta dental.
- Buscar un especialista pediátrico ayudará a hacer que la experiencia sea entendible e incluso divertida para el niño.
- Evitar la asociación de dentista y dolor por parte del niño.
Siguiendo estos consejos lo más seguro es que el niño no experimente miedo ni ansiedad de mayor al acudir a la consulta del dentista. Esta es sin duda la mejor medida y la más preventiva para el miedo al dentista.
Relación con el profesional
Para los que no han tenido tanta suerte y para los que son ya adultos hay que pensar que tanto la odontología como los odontólogos han evolucionado mucho. Lo más importante de todo es tener una buena comunicación con el dentista, un buen “feeling”. Poder explicar nuestro problema, nuestro temor, y que nos entienda. Que sea comprensivo, paciente, atento y tranquilizador. Si no existe tal comunicación y confianza es mejor cambiar de profesional.
Consejos para superar el miedo al dentista
Hay ciertos trucos que pueden ayudar a sobrellevar los nervios y la ansiedad, sobre todo en las primeras consultas. Hay que tener en cuenta que, si estamos en manos de un buen profesional, conforme vayamos teniendo visitas el grado de nerviosismo y ansiedad cada vez será menor. Los trucos son los siguientes:
- Estar descansado.
- Llegar con antelación: prever el tiempo de atasco, de buscar aparcamiento… Esto nos proporcionará mayor sensación de control y hará disminuir el estrés.
- Acudir con algo que nos entretenga: un libro, un pasatiempo o una revista pueden ser útiles para mantener la mente ocupada mientras esperamos en la sala de espera.
- Llevar música en un MP3: si lo que nos atormenta es el ruido de algunos aparatos dentales, escuchar música puede ayudar.
Todas estas medidas, sumadas a ponernos en manos de un buen profesional, ayudarán a hacer más llevadera la visita a la consulta dental.
Además, si acudimos periódicamente al dentista cada seis meses seguramente los tratamientos a los que nos tengamos que someter serán más cortos y menos invasivos, por lo que resultan recomendables las revisiones periódicas.