10 buenos motivos para hacer ejercicio
Hemos de dejar claro una premisa que con el paso de los años y la evolución hemos olvidado. El cuerpo humano está diseñado para realizar ejercicio físico (correr, saltar, gatear, lanzar, trepar, reptar…) Por tanto, la ausencia de éste por nuestra parte es ir en contra de nuestra naturaleza provocando un mal funcionamiento de nuestro cuerpo. Los motivos para hacer ejercicio son:
Mejora la producción de hormonas
El organismo humano funciona a través de diferentes reacciones químicas implicadas en el metabolismo, el cual viene regulado por diferentes hormonas (neurotransmisores). Entre las más importantes están:
- Endorfinas: proporcionan una sensación de bienestar y calma tanto a nivel físico como mental, que induce la sensación de felicidad. El ejercicio estimula su producción, de ahí que al terminar nos sintamos bien, con cierto grado de euforia.
- Dopamina: es la responsable de los efectos de relajación del organismo, lo que induce la sensación de placer. Además, mejora las conexiones nerviosas de las neuronas provocando un mejor funcionamiento del sistema nervioso y dando lugar a una mejor coordinación del organismo y aprendizajes motores. La dopamina también regula el tiempo de permanencia de los recuerdos en el cerebro, mejorando nuestra memoria.
- Serotonina: regula el tránsito intestinal y el sueño. Un déficit de dicha hormona facilita el estreñimiento y las dificultades para dormir.
Mejora el sistema inmunológico
Cuando realizamos ejercicio físico provocamos desajustes metabólicos de nuestro equilibrio corporal (homeostasis), y este desajuste coloca nuestro cuerpo en un “estado de alarma” que provoca la activación de nuestro sistema inmunológico. Estos cambios los podemos entender como “entrenamientos” del sistema inmunitario que facilitarán que esté preparado ante agresiones víricas.
Está demostrado que las personas que no hacen ejercicio físico son más propensas a estar enfermas y tardan más en recuperarse que las que sí hacen, ya que su sistema inmunológico no está “entrenado y alerta” para combatir las agresiones víricas.
Disminuye el sobrepeso
Nuestro ritmo de vida, unido a la alimentación cada vez más industrializada en la actualidad, hace que el sobrepeso sea mayor del recomendado para una buena salud cardiovascular.
Nuestro cuerpo está pensado para la supervivencia y por tanto funciona como un almacén de calorías (energía). A la hora de llevar a cabo sus movimientos, por tanto, no “desperdiciará” nada de lo que ingiera aunque no lo necesite. Hacer ejercicio nos ayudará a equilibrar la balanza entre la ingesta y el gasto de calorías y el gasto.
Disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda practicar como mínimo 150 minutos semanales de ejercicio físico moderado, o 75 minutos semanales de ejercicio físico intenso ya que reduce el riesgo de padecer hipertensión, cardiopatía coronaria, accidente cerebrovascular o diabetes (tipo II, principalmente). Hoy en día, existe una relación directa entre el aumento de peso y la probabilidad de padecer dichas enfermedades.
Reduce el riesgo de lesiones
Hacer ejercicio disminuye el riesgo de padecer lesiones a lo largo de nuestra vida ya que el cuerpo estará preparado para las diferentes acciones de nuestro día a día. Asimismo, reduce el tiempo de recuperación de cualquier lesión (accidente) debido al estado de forma previo a la lesión.
Aumenta la fuerza
Empieza a estar más que aceptado que la cualidad física más importante es “la fuerza” ya que es la base de una buena estabilidad (equilibrio) y nos permite realizar de forma eficaz cualquier acción de movimiento.
Realizando ejercicio físico evitaremos la pérdida de fuerza (atrofia muscular), al obtener una mayor facilidad para realizar actividades cotidianas como cargar bolsas de la compra, coger a los niños, hacer una mudanza, llevar mochilas o bolsos…
Por otro lado, al mejorar nuestro equilibrio, se reduce la posibilidad de caídas y fracturas.
Aumenta la resistencia cardiovascular
Hacer ejercicio activa nuestro sistema circulatorio mejorando la salud de nuestro corazón y, de forma indirecta, el sistema respiratorio al hacer un uso más efectivo del oxígeno que captamos en la respiración.
Esto repercute en el aumento de un parámetro denominado VO2 Max (consumo máximo de oxígeno). Cuanto mayor es el nivel de este parámetro, más eficientes somos en cualquier actividad y, por tanto, retrasamos la aparición de cansancio en nuestro cuerpo.
Ayuda a instaurar buenos hábitos alimentarios
Aquellas personas que hacen ejercicio de forma regular, indirectamente, comienzan a cuidar su alimentación de forma que poco a poco les ayuda a tener unos hábitos más saludables. Y es que alimentación y ejercicio son el tándem protagonista de un estilo de vida saludable. No tiene sentido hacer ejercicio y comer mal, pues no rendiremos lo que toca o estaremos privando al organismo de lo que necesita para funcionar.
Mejora la socialización
La realización de ejercicio ayuda a las personas a relacionarse y en muchos casos a disminuir la sensación de soledad. Al final, cuando haces ejercicio, lo haces con gente y esto te lleva a ampliar tu círculo social, lo que ayuda a mejorar las relaciones sociales (personas introvertidas), despertar la sensación de motivación cuando vas cumpliendo tus objetivos, educarte en el respeto, el trabajo en equipo (deporte colectivo) y la superación personal.
A través del ejercicio indirectamente mejoras tu físico, lo que repercute de forma directa en la autoestima y seguridad provocando una mayor facilidad para socializarte con su entorno.
Por último, es una opción más que recomendable para ocupar el tiempo libre y liberar el estrés y la tensión del día a día.
Rejuvenece
El deseo de “la eterna juventud” perseguido por el ser humano se puede hacer realidad. Hacer ejercicio físico provocará que tu cuerpo siempre esté preparado para la vida diaria, te canses menos, la musculatura esté tonificada y el ritmo de producción de hormonas sea óptimo. Todo ello conlleva la sensación de ser capaces de realizar todo lo que nos propongamos y eso contribuirá, sin duda, a dejar de sentirnos mayores para hacer cualquier actividad.
Las posibilidades para realizar ejercicio físico son infinitas, así que… ¡busca la actividad que te divierta y te haga feliz!
Jesús Ángel Aguilar
Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte
Consultor de Advance Medical